Pásele güerita, ¿Qué va a llevar, reinita?

Regresé de un corto viaje con mis amigas; todo muy bonito, todo muy ameno. Sin embargo, algo me produce una sensación de repulsión que si bien no es nueva, me invita a la reflexión. Estos temas son importantes y necesitan ser tratados.
Alguna vez un amigo extranjero (hola amigo extranjero) me preguntó si, con todo el desmadre del Señor Trump, creía yo que México era un país racista.  Para él, al ser un hombre-blanco-ojos de color, (como decimos acá) le daba la impresión de que los mexicanos éramos las personas más abiertas, amigables y cool del planeta, muy alejados de sus paisanos nazis y esas barbaridades europeas. Yo contesté que sí y que es una de las cosas que más me molestan de mi país. El racismo, tristemente existe en casi todas partes del mundo y no ayuda en mucho generalizar a un país o comunidad como racista solo  por una situación personal. 

Sin embargo, hay una tendencia en el comportamiento de la sociedad mexicana que puede ser rastreada desde la época de la colonia en México, lo cual vuelve más compleja la relación clasismo-racismo que vivimos hoy en día. Está ahí y lo ha estado desde hace mucho tiempo, pero nos parece tan normal que la justificamos con un "ay, era un chiste".


Como ustedes saben por sus clases de historia ¿Verdad?, en la Nueva España existió un sistema de castas que repercutió directamente en la distribución social; producto de la desigualdad étnica que resultó después de la conquista. Los puestos de gobierno estaban destinados únicamente a gente de origen europeo: españoles peninsulares o acaso criollos, de ahí; mestizos, indios, mulatos y combinaciones con nombres extraños  que se iban degradando en derechos y oportunidades en la escala social, y que pueden consultar en el Museo del castillo de Chapultepec.
Desde una perspectiva histórica y social que ha repercutido en la identidad del mexicano (que ya muchos pensadores han analizado como: Octavio Paz, Samuel Ramos, Emilio Uranga, Vasconcelos) podemos ver que dentro nuestra constitución mestiza o criolla de la mezcla lo indígena y lo español la identidad mexicana ha vacilado en una especie de esquizofrenia; de admiración por nuestras raíces indígenas pero también de profundo rechazo. por un lado, nos asumimos herederos del imperio mexica, nos orgullecemos de nuestra grandeza y por el otro, nos avergonzamos de nuestro color de piel. Nadie quiere ser tan morenito pues y sobrestimamos el color de piel más claro . Normalmente, tendemos a ver lo extranjero como mejor que lo propio, malinchistas vaya –como coloquialmente decimos–, y volteamos hacia el exterior con suspiros y tristeza haciendo comparaciones no siempre conmensurables:  "Mira que los países escandinavos tienen los primeros lugares en educación, no como en México donde los maestrines hacen paros cada semana"

Vivimos pues, en esa constante contradicción de: querer exaltar nuestras raíces, nuestra cultura y gente, amamos México y queremos que todo mundo se entere; "México is the shit"  "Coco, que peli más boni sobre México". En afición futbolista nos pintamos solos y en los titulares se lee: "Cineastas mexicanos la rompen en los premios de la Academia", ¿Entonces sí se puede?, "Porque soy mexicano" y un largo etcétera de slogans con los que podemos ejemplificar el orgullo mexicano, el cual sabemos sale a flote en las buenas y en las malas (como acabamos de vivir en Septiembre). Por otro lado nos minimizamos y despreciamos a todo lo que según nosotros es inferior y lo tachamos de naco. La manera en la que nos percibimos como pueblo, sufre de baja autoestima. Y quizá no es totalmente nuestra culpa, pues siempre hemos estado en esa lucha entre la cultura occidental y lo diferente. Somos muy barrocos, coloridos, diversos: atascados en nuestra constitución y fisionomía. Intente definir lo mexicano y muera en el intento.
¿Entonces por qué neceamos con querer encajar en ese molde de hombre blanco occidental, si nunca lo hemos sido del todo? y peor aún ¿Por qué denostamos a nuestros mismos compatriotas porque tenemos pendejas ideas en la cabeza de que ser moreno no está chido?

Las telenovelas y sus estereotipos se han encargado de reafirmar estos estereotipos (¡Mi siguiente post, dedicado a este tema, wait for it!). Topen al buen hombre, mexicano pero blanco, guapo y con guapo me refiero a güero, ojo claro. En contraste, tomen al actor mexicano, moreno, pobre, no tan guapo, que solo  le ofrecen los papeles de mecánico, agricultor, pobre pero eso sí, de buen cora: honesto, chambeador.

Y es así como a través de los años,  seguimos reproduciendo estereotipos y arquetipos maniqueístas; güero-negro, bueno-malo, rico-pobre, fresa-naco, educado-sin clase (No señora, tener conciencia de clase no significa poder discernir que tenedor va después de la entrada o adivinar de qué escuela o familia viene alguien), niñe bien–marginal. Nacemos, crecemos, empezamos a agarrar el pedo y empezamos a hacer bromitas inocentes sobre los nacos y la pobreza, pero luego nos ofendemos si alguien nos llama racistas y en el fondo pues pensamos que está mejor conseguirse a alguien rubio. 


Ahí les van otros viejos y confiables dichos entre la gente:

–Que guape tu amigo, deberían tener bebés, van a salir güeritos (y por consecuencia) y bonitos.
–Ella es bonita, porque es güerita. La otra no, está medio prieta, o sea, llama la atención pero si se le salen los rasgos autóctonos. ¿Guat?
–Es una indita, no tiene educación (El binomio: indígena-ignorante, está cabrón, como si fueran ignorantes o pobres por gusto. Una vez leí que si los "indios no fueran al mismo tiempo los pobres, nadie usaría esa palabra a manera de insulto", creo que lo dijo mi pariente José Emilio Pacheco). Recomendación de lectura que se me acaba de ocurrir: Balún Canan de Rosario Castellanos. Seguimos...

–Mijita, no te asoles tanto que te vas a quemar y vas a quedar más negrita.
–Ese morenito, bien humilde, me cae bien.
–Se cree un chingo, pero trae el nopal en la frente. ( Tons, ¿Por ser moreno no tiene derecho a creerse un chingo?)
–Quiere gobernar y no sabe inglés. ( Pus nomás como también 3/4 de los mexicanos, fíjese.)
–Si eres mexicane, ¿Por qué estás blanque?
–Traes los codos prietos y cenizos, pinche prieto.
–Indio oaxaco, pata pelada.
–Esas indias, nomás les hacen chamacos y estiran la mano para pedir, huevonas.
– Es pobre porque quieren, así son los pobres, no tienen mentalidad para superarse, nomás quieren tener hijos.
– O sea yo no discrimino pero la presentación cuenta, ¿Cómo se va a ver un –algún puesto con un poco de poder– vestido así?
–Qué onda con tu moda autóctona eh? te dije que el dress code era formal/elegante y te vienes con el huipil, pinche hippie.

Escuchar: ¿Qué va a querer güerita? en el mercado, como un halago y aunque mi piel sea más oscura que un chocoflan. ¿Se han fijado, que si el cliente en cuestión es muy moreno, entonces  de plano es un "jefe" o una "reinita"?

–Noooo, no estaba tan morenita, lo que pasa es que me quemé mucho cuando era chiquita. (ese me encanta)

– *en el antro* Ellas pasan rápido, son guëritas, ah oc.
La cadena de los antros... pinche caldo de cultivo de los actos y formas más clasistas, racistas y culeras de nuestra sociedad.
                                                      
                            ¿QUEEEEE DICES?
*Entra mujer al supermercado a buscar una base de maquillaje más clara que su tono de piel real porque se resiste a aceptar que su tono es caramelo (o algún nombre mamador así que evite hacerte sentir  mal) y luego ahí andan como zombies y el cuello de otro color. (Gracias Rihanna por sacar Fenty con chingos de tonos y decirle a la industria cosmética que las personas no somos de 4 tonos nomás)*

Decoloraciones rubias- naranjas porque la belleza dice que una mujer bella es una mujer güera, si señor. Todo porque no nos aceptamos ni aceptamos a los demás.

*Patrulla conapred, wiu wiu*

¿Ya les hice sentir asquito? ¿Pena? bueno pues...

Pensemos que todos hemos escuchado o dicho estas cosas al menos una vez y sin pensar, se nos ha salido como vómito verbal. Incluso, inconscientemente buscamos la belleza en el otro siguiendo estos patrones y estándares occidentales aunque digamos que no. Y es  que cuesta trabajo amarse así como estamos y aceptarse. No es fácil ni sucede de la noche a la mañana, amigos.
Pero tenemos que trabajar en reflexionar sobre estas horribles cosas que decimos, y preguntarnos por qué y qué nos duele o nos pega dentro cuando las decimos. El racismo-clasismo que hay en México es tan tóxico y nocivo tanto para nosotros como para las futuras generaciones, dìganme ¿Quién chingados cumple con todos los requisitos? Creo que este tema es de esos que sí debemos señalar en la calle y no quedarnos callados cuando escuchamos comentarios de éste tipo.

Les dejo un video por aquí de mis amigos CONAPRED sobre el racismo en un experimento realizado a morritos, ésta bien terrible ¡De verdad véanlo!


 Me despido con  la estrofa de una canción de mi patrona, lila Downs, mujer indígena que sabe de que estoy hablando porque seguro lo ha vivido.


https://www.youtube.com/watch?v=1Qn15t7cEkw



Hay verdades ocultas que se ocultan en los cabellos,
como si el pelo rubio cambiara tu ADN,
todo se facilita, todos quieren contigo,
pero tu noche ¿Será verdad o será mentira?



Y a todo esto, ¿Ya vieron Coco? desde que supe que la película de pixar se iba a llamar COCO, se ganaron mi interés porque el coco es chido.

José Emilio Pacheco no es mi pariente :(

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